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domingo, 22 de septiembre de 2013

Despertar


Estas dormido tranquilamente, y de repente ese sonido del gallo que canta, ese maldito despertador que te indica que tu día va a volver a ir mal.
Y te despiertas, abres lentamente los ojos pensando "Hoy todo saldrá como siempre, mal"
Pero hoy no sera un día normal...
Al calzar tus zapatillas, te diriges hacia el baño.
Y una ducha de agua fría en medio de ese pensamiento negativo, nunca sienta mal...
Notas como el agua te recorre y a la vez borra todas esas ideas quedando tu mente en blanco.
Un blanco que hace tiempo que no veías debido al estrés y la mala suerte,
y en ese momento notas que hoy algo cambia,
y cambia para bien...
Al salir de la ducha, bajas esas escaleras de madera que conducen hasta la cocina,
y allí ves un café, un café que te recuerda a esos viejos tiempos en los que todo iba bien, en los que convivías solamente con tus buenos momentos, 
en los que no había problemas y únicamente importabas tu.
Porque desde entonces solo piensas en la opinión de la gente, y olvidas a la gente que te quiere.
Solamente para recordar a la que te odia, o sencillamente te tiene envidia...
Y no, la vida no es así, no puedes vivir pegado a la opinión de gente que ni te conoce,
de gente que solo se ve bien a si mismo
y dejar de lado a esas personas que darían la vida por ti.
En ese momento, tomas tu primer sorbo de café...
El cual te recuerda a tu familia, una imagen viene a tu cabeza,
es tu familia.
Recuerdas esos días jugando en el parque con tus hermanos,
y aquella cena con tus padres porque te hacías mayor.
Y piensas:
"¿Realmente me he convertido en esto? ¿Realmente he olvidado a mi familia por todos estos idiotas?"
Y te das cuenta de todo, vuelves con tu familia y recuerdas siempre ese momento en el que dijiste adiós a los comentarios de los demás y saludaste al mundo con los que te quieren.
En ese momento se acaba tu café.


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